Cicatrices en el Lifting de Muslos

¿Qué es el lifting de muslos o cruroplastia?

El lifting de muslos o cruroplastia es el tratamiento quirúrgico que se realiza con la finalidad de mejorar, tensar y moldear el contorno de las piernas reduciendo la piel sobrante y la flacidez de los muslos que se produce por diversos motivos como:

• Una gran pérdida de peso.
• El descolgamiento de la piel por el paso del tiempo.
• La falta de ejercicio.
• En algunos casos, a causa de factores genéticos. 

Muchas veces, junto con la piel sobrante, hay también una acumulación de tejido adiposo. En estos casos la cirugía suele llevarse a cabo junto con una liposucción de la zona tratada para eliminar los depósitos grasos.
​Durante el procedimiento, se lleva a cabo una tracción de la piel en sentido medio o superior. Al elevar el tejido descolgado de los muslos y nalgas se consigue que la piel quede más tersa, mejorando de forma notable el contorno corporal. 

¿Cómo son las cicatrices en el lifting de muslos?

Una pregunta frecuente en los pacientes interesados en el lifting de muslos o cruroplastia es cuál será la magnitud de las cicatrices resultantes.
En la consulta preoperatoria, el cirujano plástico y estético evaluará la calidad y estado de la piel, así como la salud general y otros factores personales que puedan afectar la calidad de las cicatrices previstas. La extensión de las cicatrices dependerá de la cantidad de piel que deba extraer.
Durante la intervención quirúrgica, el cirujano realizará la incisión en el pliegue de la ingle, extendiéndola si fuera necesario, hasta el pliegue del glúteo. Al quedar camuflada en ambos pliegues naturales, es la cicatriz más estética. Si fuera necesario extirpar una gran cantidad de tejido se llevará a cabo una incisión vertical en la cara interna del muslo, desde la ingle hasta por encima de la rodilla.
Dependiendo de la cantidad y la flacidez de la piel que deba extraer, el cirujano escogerá la técnica quirúrgica más adecuada y que mejores resultados le proporcione, cuidando minimizar en todo lo posible la visibilidad de las cicatrices.
En las primeras 6 semanas del postoperatorio las cicatrices se endurecerán y adquirirán un color rosáceo para progresivamente ir atenuándose hasta hacerse menos evidentes.
En caso de que las cicatrices sean considerablemente largas y, por ende, más evidentes se le explicará con detalle el procedimiento para que pueda sopesar de forma objetiva la mejoría obtenida con las cicatrices resultantes. Los pacientes que se someten a esta intervención suelen experimentar una gran satisfacción y aumento en la autoestima facilitando, además, varios aspectos de su vida diaria, como la ropa que pueden vestir, comodidad al higienizarse, etc.

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